En los ultimos años, la expresion "cambio climatico" nos persigue. En palabras simples: estamos condenados ya sea a morir por el intenso calentamiento global, o por los huracanes, o por la sequia...
Pero en los ultimos meses este asunto esta pasando a ser un verdadero "terrorismo". Todo lo que esta pasando en Africa, por ejemplo, empieza con la historia del cambio climatico. ¿Que muere gente en Lesoto por mala distribucion de la cosecha? Cambio climatico. ¿Que hay corrupcion en Costa de Marfil? Cambio climatico. ¿Que aumenta el VIH en Swazilandia? Cambio climatico.
Y cada vez que leo una noticia de esas me acuerdo del libro de Michael Crichton "Estado de miedo". Muy vapuleado por Nature, pero que tiene muuuucccchhhhassss cosas bastante ciertas como que efectivamente los ecologistas no tienen idea de muchas cosas de las que hacen ni el daño que provocan ni tampoco se responsabilizan por el, amen de que Kenner y yo tenemos argumentos similares cuando alguien habla de "esas gentes" por los del mal llamado Tercer Mundo.
Y me pregunto cuanto hay de verdad en toda esta alarma.
Pues resulta que ho y aparecio en un diario que una parte de la historia del cambio climatico es cierta y otra una simple fantasia paranoica. Cierto: hay efectos en el clima producto de la actividad humana. ¿Cuales? No estan claros, pero es evidente que la desforestacion es un problema y que de eso es responsable el ser humano
Falso: que todos los huracanes sean producto del cambio climatico.
Según una informacion aparecida en www.lanacion.cl. "Gracias a unas muestras de suelo de la laguna de Playa Grande en Puerto Rico, científicos estadounidenses poseen elementos para comprender los últimos 5 mil años de huracanes en el Océano Atlántico. Las muestras sugieren que las recientes tormentas devastadoras no están necesariamente relacionadas con el calentamiento global. "
Según este artículo, "A primera vista, las muestras recolectadas por el geofísico Jeffrey Donnelly en la laguna de Playa Grande en Puerto Rico no parecen algo excitante. Las muestras tubulares tendidas en su laboratorio de Woods Hole, en Massachusetts, parecen poco más que arcilla húmeda y negra. Pero mirando más de cerca se pueden ver las capas grises y porosas de pequeños granos; es arena proveniente de tierras cercanas que fueron barridas por poderosos huracanes. Al examinar las capas en cada uno de los 12 tubos, éstos se convierten en una extensa línea del tiempo climático. Juntos, representan la más larga cronología de actividad de huracanes que exista actualmente en el mundo.
Si pensamos en el cambio climatico, se supone que aumenta la temperatura de la superficie de los océanos. Sí se ha comprobado que la temperatura de los oceanos ha aumentado. Pero esta investigacion está demostrando que no hay relacion entre los huracanes y el cambio climatico salvo en el hecho que al estar en una nueva fase activa, las posibilidades de que ocurran aumentan por ese calentamiento de los oceanos. “Sucede que vivimos en una fase activa”, dice con sequedad el geólogo (Donnelly), mientras las tormentas tropicales más recientes a lo largo de la costa este de Estados Unidos se repiten en la pantalla de tamaño escritorio de su computador. Son naturales, agrega.
Lo que sí esta absolutamente comprobado es la relación del fenómeno del Niño con los huracanes. "En períodos durante los cuales El Niño sucede con más frecuencia, el número de huracanes cae dramáticamente, explica Donnelly. ¿La razón? El fenómeno climático causa que las masas de aire sobre el océano se dispersen en distintas direcciones. Se separan en vez de juntar fuerzas para crear una tormenta y el pavoroso embudo colapsa. Los datos de Puerto Rico muestran también otra cosa, según Donnelly: “Cuando El Niño declina, los huracanes regresan”. Eso parece suceder actualmente."
Y hay que considerar que El Niño no se produce por el cambio climatico. O sea que la gente de Swazilandia no se muere por el cambio climatico que produce sequia, sino porque no se ha hecho nada por organizar el uso de la tierra ni para crear una infraestructura ni nada parecido.
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